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En la antigua Universidad de la calle de la Nave de Valencia (hoy habilitada para múltiples eventos culturales) tuvo lugar un concierto, en el que la música sonaba mágica y ancestral en los cuencos tibetanos.
Dejando de lado otras apreciaciones, pudimos escuchar unos sonidos poco habituales y unas resonancias de prolongado impacto que cerrando los ojos te trasportaban por caminos desconocidos, serenos y placenteros.
“Los cuencos cantores Tibetanos fueron concebidos para la evolución del ser humano, hasta tal punto que sus efectos benéficos y sanadores se manifiestan de los cuerpos más sutiles hasta el cuerpo físico”.
Una armonía una mística y una tarde de curiosos y valiosos conocimientos, para recordar.